Cruzadas

Cruzadas

“Si yo digo al impío: ‘¡Morirás irremisiblemente!’, y tú no le adviertes ni le hablas para advertir al impío de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su pecado; pero yo demandaré su sangre de tu mano. Pero si tú le adviertes al impío y él no se aparta de su impiedad ni de su camino impío, él morirá por su pecado, pero tú habrás librado tu vida” (Ezequiel 3:18-19).

Aunque Jesús murió por toda la humanidad, nosotros no nos salvamos automáticamente del pecado. Cada persona tiene una libre voluntad y debe decidir si o no se arrepentirá [se volverá del pecado] y aceptará a Jesús como Salvador. Para creer en Jesús y recibir el perdón de pecados, las personas primero deben venir a conocer sobre Él:

“Porque todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán a aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Romanos 10:13-14).

Predicar el arrepentimiento y remisión de pecados se llama evangelizar o extender el Evangelio. La evangelización del mundo era un tema constante en la conversación de Jesús con Sus seguidores después de Su resurrección de los muertos. (Mire Juan 20:21; 21:15-17; Mateo 28:18-20; Marcos 16:15; Lucas 24:44-48.)

Cuando usted está hablando con alguien por última vez, usted tiende a discutir lo que es más importante. Las palabras finales de Jesús antes de volver al Cielo involucraron la evangelización:

“Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre vosotros, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).

Detalles del Proyecto