CONFERENCIA II
CUANDO ESPERAR UN AVIVAMIENTO
¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se regocije en ti? Salmo 85:6
ESTE salmo parece haber sido escrito al inicio del regreso del pueblo de Israel del cautiverio Babilónico; como fácilmente se ve por el lenguaje al comienzo del mismo. El salmista sintió que Dios había sido muy favorable al pueblo, y mientras contemplaba la bondad del Señor por traerlos de regreso de la tierra donde habían sido llevados cautivos, y mientras veía las desfavorables perspectivas ante ellos, él estalla en una oración por un avivamiento» ¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se regocije en ti?» Ya que Dios en su providencia había restablecido las ordenanzas de su casa entre ellos, ora que pueda haber un renacimiento de la religión, para coronar la obra.
El viernes pasado por la noche intenté mostrar lo que no es un avivamiento; lo que es un avivamiento; y las agencias empleadas en promoverlo. Los temas a los que quiero llamar su atención en esta ocasión son:
- Cuándo se necesita un avivamiento.
- La importancia de un Avivamiento cuando es necesario.
III. Cuándo el avivamiento debe esperarse.
- ¿CUÁNDO SE NECESITA UN AVIVAMIENTO?
- Cuando hay una falta de amor fraternal y confianza cristiana entre los creyentes, entonces se necesita un avivamiento. Entonces hay un llamado fuerte para que Dios reavive su obra. Cuando los cristianos se han hundido en un estado bajo de apostasía, no tienen, ni deberían tener, ni hay razón para que tengan, el mismo amor y confianza el uno hacia el otro, como cuando están todos vivos y activos, viviendo vidas santas. El amor misericordioso puede ser el mismo, pero no el amor de complacencia. Dios ama a todos los hombres con amor compasivo, pero no siente amor de complacencia hacia nadie excepto por quienes viven en santidad. Los cristianos no aman y no pueden amarse los unos a los otros con el amor de complacencia, sino sólo en proporción a su santidad. Si el amor cristiano es el amor de la imagen de Cristo en su pueblo, entonces nunca puede ejercerse sino sólo donde esa imagen real o en cierta medida exista. Una persona debe reflejar la imagen de Cristo, y mostrar el espíritu de Cristo, antes de que otros cristianos puedan amarlo con el amor de complacencia. Es en vano pedir a los cristianos que se amen los unos a los otros con el amor de complacencia, como cristianos, cuando están hundidos en el pecado. No ven nada en el uno y en el otro para producir este amor. Es casi imposible que deban sentir lo contrario el uno hacia el otro, que lo que sienten hacia los pecadores.El solo hecho de saber que pertenecen a la iglesia, o verlos ocasionalmente en la cena del Señor, no producirá amor cristiano, a menos que vean la imagen de Cristo.
- Cuando hay disensiones, celos, y murmuraciones entre los creyentes, entonces hay una gran necesidad de un avivamiento. Estas cosas muestran que los cristianos se han alejado de Dios, y es tiempo para pensar seriamente en un avivamiento. La religión no puede prosperar con tales cosas en la iglesia, y nada puede poner fin a eso como un avivamiento.
- Cuando hay un espíritu mundano en la iglesia. Es claro que la iglesia está hundida en un estado bajo de apostasía cuando ves a los cristianos conformarse al mundo en el vestido, moda, fiestas, buscando diversiones mundanas, leyendo películas y novelas sucias, y otros libros que el mundo lee. Muestra que están lejos de Dios, y que hay una gran necesidad de un Avivamiento.
- Cuando la iglesia encuentra a sus miembros que caen en pecados escandalosos y bajos, entonces es tiempo para que la iglesia despierte y clame a Dios por un avivamiento. Cuando suceden tales cosas, dando a los enemigos del cristianismo una ocasión para el reproche, es tiempo para que la iglesia le pregunte a Dios, «¿Qué será de tu gran nombre?
- Cuando hay un espíritu de controversia en la iglesia o el mundo, un avivamiento es necesario. El espíritu de religión no es el espíritu de controversia. No puede haber prosperidad en la religión donde prevalece el espíritu de controversia.
- Cuando los perversos triunfan sobre la iglesia y la denigran, es tiempo de buscar un avivamiento.
- Cuando los pecadores son descuidados y necios, y están hundiéndose hacia el infierno sin preocupación, es tiempo que la iglesia se reanime. Es tanto el deber de la iglesia de despertar como el de los bomberos es despertarse cuando hay un incendio durante la noche en una gran ciudad. La iglesia debe apagar el fuego del infierno que está sobre los perversos. ¡Dormir!¿Deberían dormir los bomberos, y que se consuma toda la ciudad?, ¿qué se pensaría de tales bomberos? Y sin embargo su culpa no se puede comparar con la culpa de los cristianos que duermen mientras los pecadores alrededor se hunden neciamente en las llamas del infierno.
- AHORA VOY A MOSTRAR LA IMPORTANCIA DE UN AVIVAMIENTO EN TALES CIRCUNSTANCIAS
- Un avivamiento es lo único que puede quitar el reproche que cubre a la iglesia, y restaurar la religión al lugar que debería tener en la estimación del público.
Sin un avivamiento, este reproche cubrirá a la iglesia cada vez más, hasta que esté abrumada con el desprecio universal. Ustedes pueden hacer lo que quieran, y pueden cambiar los aspectos de la sociedad en algunas cosas, pero no harán un bien real; será peor el resultado sin un avivamiento. Pueden salir y construir un nuevo templo espléndido para el culto, y forrar los asientos para que sean más cómodos, poner un púlpito caro, conseguir un piano magnífico, y todo ese tipo de cosas, y de esa forma puedan procurar un respeto por la religión entre los perversos, pero en realidad no hace bien. Más bien perjudica. Los confunde en cuanto a la verdadera naturaleza real de la religión, y hasta el momento de convertirlos, los aleja de la salvación. Vean donde han rodeado el altar del cristianismo con esplendor, y verán que la impresión producida es contraria a la verdadera naturaleza de la religión. Debe haber una energía que despierte, por parte de los cristianos, y un derramamiento del Espíritu de Dios, o el mundo se reirá de la iglesia.
- Nada más restaurará el amor y la confianza cristianas entre los miembros de la iglesia. Nada más que un Renacimiento de la religión puede restaurarlo, y nada más debe restaurarlo. No hay otra manera de despertar el amor de los cristianos unos por otros que a veces sentimos, cuando tienen tal amor que no pueden expresarlo con palabras. No se puede tener tal amor sin confianza; y no se puede restaurar la confianza sin tal evidencia de piedad como se ve en un avivamiento. Si el ministro se da cuenta que ha perdido en cualquier grado la confianza de su pueblo, debe esforzarse por un avivamiento como el único medio para recuperar su confianza. No me refiero a que este sea su motivo para trabajar por un avivamiento, el recuperar la confianza de su pueblo, sino que un avivamiento por medio suyo, y normalmente nada más, le restaurará la confianza de parte de su pueblo. Entonces si un anciano o un miembro común de la iglesia encuentra a sus hermanos fríos hacia él, solo hay una manera de remediarlo. Es mediante un avivamiento personal, derramando de sus ojos y de su vida el esplendor de la imagen de Cristo. Este espíritu se aferrará y se propagará en la iglesia, y la confianza se renovará, y el amor fraternal prevalecerá de nuevo.
- Es indispensable un avivamiento para apartar los juicios de Dios de la iglesia. Esto sería una predicación extraña, si los avivamientos fueran solo milagros, y si la iglesia no pudiera hacer nada, así como no puede producir una tormenta. En este caso no podríamos decirle a la iglesia que a menos que haya un avivamiento pueden esperar el juicio de Dios, sería ridículo decirles esto, si el avivamiento fuera un milagro, es como decir, “si no pueden crean una tormenta, entonces pueden esperar los juicios de Dios.” El hecho es que los cristianos tienen más culpa por no ser avivados que los pecadores por no haberse convertido. Y si no se despiertan, pueden saber con certeza que Dios los visitará con sus juicios. ¡Cuántas veces visitó Dios a la iglesia judía con juicios, porque no se arrepintieron y revivieron a la llamada de sus profetas!¿Cuántas veces hemos visto iglesias, e incluso denominaciones enteras, maldecidas con una maldición, porque no despiertan y buscan al Señor y oran: «¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se regocije en ti?»
- Nada más que un Avivamiento puede preservar una iglesia así del exterminio. Una iglesia que declina de esta manera no puede continuar existiendo sin un avivamiento. Si recibe nuevos miembros, en su mayor parte estarán conformados, en su mayoría, de personas impías. Sin avivamientos por lo general habrá menos personas convertidas que la cantidad de personas que mueren en un año. En este país, han habido iglesias donde todos los miembros han muerto y como no hubo ningún avivamiento para convertir a otros en su lugar, la organización se ha disuelto.
Un ministro me dijo que una vez trabajó como misionero en Virginia, en la tierra donde un hombre como Samuel Davies una vez brilló e iluminó como una antorcha encendida; que la iglesia de Davies era tan reducida que solo tenía un miembro masculino, y él, si mal no recuerdo, era un hombre de color. La iglesia se había enorgullecido y se estaba acabando. He oído hablar de una iglesia en Pensilvania, que antes era próspera, pero de revitalizaciones descuidadas, y se redujo tanto que el pastor tuvo que enviarlos a una iglesia vecina a un anciano gobernante cuando ministraba la cena del Señor. ¿Por qué no, en tal caso, permitir que cualquier miembro de la iglesia, hombre o mujer, distribuya los elementos? ¿Es indispensable tener un anciano?
- Nada más que un avivamiento puede prevenir que los medios de gracia hagan gran daño a los impíos. Pues sin un avivamiento, se endurecerán más y más bajo la predicación, y experimentarán una condenación más horrorosa que la que tendrían si nunca hubieran oído el evangelio. Sus hijos y amistades caerán en un destino más terrible en el infierno, como consecuencia de los medios de gracia, si no hay avivamientos para convertirlos a Dios. Mejor sería para ellos si no hubiera medios de gracia, ni santuario, ni Biblia, ni predicación, y si nunca hubieran escuchado el Evangelio, que vivir y morir donde no hay avivamiento. El Evangelio es sabor de muerte para muerte, si no se hace sabor de vida para vida.
- No hay otra manera en que una iglesia pueda ser santificada, crecer en gracia y estar preparada para el cielo. ¿Qué es crecer en gracia? ¿Acaso es oír sermones y obtener nociones nuevas sobre religión? No, no hay tal cosa. El cristiano que hace esto, y nada más, está cada vez peor, cada vez más endurecido, y cada semana es más difícil despertarlo para cumplir su deber.
III. VOY A MOSTRAR CUÁNDO UN AVIVAMIENTO PUEDE ESPERARSE
- Cuando la providencia de Dios indica que un avivamiento está próximo. Las indicaciones de la providencia de Dios son a veces tan claras que equivalen a una revelación de su voluntad. Hay una conspiración de eventos para abrir el camino, una preparación de circunstancias para favorecer un avivamiento, de modo que aquellos que están mirando puedan ver que un avivamiento está próximo, tan claramente como si hubiera sido revelado desde el Cielo. Han ocurrido casos en este país, donde las manifestaciones providenciales eran tan claras, que aquellos que son observadores cuidadosos, no dudaron en decir que Dios venía para derramar su Espíritu y otorgar un renacimiento de la religión. Hay varias formas en que Dios puede indicar su voluntad a un pueblo, a veces dándoles medios singulares, a veces por eventos únicos y alarmantes, a veces claramente favoreciendo el empleo de los medios, por el clima, la salud, etc.
- Cuando la maldad de los perversos lastima, duele y humilla a los cristianos. A veces a los cristianos no parece importarles nada acerca de la maldad que los rodea. O si hablan al respecto, es de una manera fría e insensible, como si una reforma los incomodara; están dispuestos a llamar la atención de los pecadores mas no a sentir la compasión del Hijo de Dios por ellos. Pero a veces la conducta de los malvados lleva a los cristianos a la oración, los quebranta, los hace entristecerse y enternecerse, para que puedan llorar día y noche, y en lugar de solo llamarles la atención y reprocharlos, fervientemente oran por ellos. Entonces pueden esperar un avivamiento.De hecho, este es un avivamiento que ya empezó. A veces los malvados se levantarán en oposición a la religión. Y cuando esto lleva a los cristianos a arrodillarse en oración a Dios, con fuertes lamento y lágrimas, uno puede estar seguro que habrá un avivamiento. La prevalencia de la maldad no es evidencia en lo absoluto que no habrá un avivamiento.Ese es a menudo el tiempo de Dios para trabajar. Cuando venga el enemigo como río, el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él. Con frecuencia la primera indicación de un avivamiento es que el diablo está levantando algo nuevo en oposición. Invariablemente tendrá uno de dos efectos. O bien conducirá a los cristianos a Dios, o los alejará más de Dios, hacia alguna estrategia carnal u otra que solo empeorará las cosas. Con frecuencia, la maldad más escandalosa de los impíos es seguida por un avivamiento. Si a los cristianos se les hace sentir que no tienen esperanza sino en Dios, y si tienen suficiente sentimiento para cuidar el honor de Dios y la salvación de las almas de los impenitentes, ciertamente habrá un avivamiento. Deje que el infierno se desparrame con fuego si quiere, y arroje tantos demonios como hay piedras en el pavimento, si solo lleva a los cristianos a orar, no podrán impedir un avivamiento. Deje que Satanás se levante y que suene la trompeta tan fuerte como le plazca, si los cristianos sólo se humillan y oran, pronto verán el brazo desnudo de Dios en un avivamiento. He sabido de instancias donde el avivamiento se ha infiltrado en las filas del enemigo, casi tan repentinamente como un trueno, y los ha dispersado tomando a los mismos cabecillas como trofeos, y desechando su banda en un instante.
- Se puede esperar un avivamiento cuando los cristianos tienen un espíritu de oración para un avivamiento.Es decir, cuando oran como si sus corazones estuvieran puestos en un avivamiento. A veces, los cristianos no están comprometidos en la oración por un avivamiento, ni siquiera cuando están inspirados en la oración. Sus mentes están sobre otra cosa; están orando por otra cosa, la salvación de los paganos y demás, y no por un avivamiento entre ellos. Pero cuando sienten la necesidad de un avivamiento, oraran por él; sentirán por sus familias y por sus vecinos, oraran por ellos como si no se les pudiera negar lo que piden. ¿Qué constituye un espíritu de oración?¿Son muchas oraciones y palabras cálidas? No. La oración es el estado del corazón. El espíritu de oración es un estado de continuo deseo y ansiedad mental por la salvación de los pecadores. Es algo que los aflige. Es lo mismo, en cuanto al estado de la mente se refiere, como cuando un hombre está ansioso por algún interés mundano. Un cristiano que tiene este espíritu de oración se siente ansioso por las almas. Es el tema de sus pensamientos todo el tiempo, y lo hace ver y actuar como si tuviera una carga en su mente. Piensa en ellos de día, y sueña con ellos de noche. Esto es propiamente orar sin cesar. Las oraciones del hombre parecen fluir desde su corazón como agua: «Oh Jehová, aviva tu obra». A veces este sentimiento es muy profundo; las personas han sido inclinadas, para que no puedan ni pararse ni sentarse. Puedo nombrar hombres en este estado, de temple de acero, que se destacan por su carácter, que han sido aplastados por el dolor de los pecadores. Han tenido una verdadera aflicción de alma por los pecadores hasta que quedaron tan indefensos como los niños.
El sentimiento no es siempre tan grande como ese, pero tales cosas son mucho más comunes de lo que se supone. En los grandes avivamientos de 1826, eran comunes. Esto por ningún motivo es entusiasmo. Es justo lo que Pablo sintió cuando dijo: «Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto». Escuché de una persona en este estado, que oró por los pecadores, y finalmente llegó a tal estado de ánimo, que no podía vivir sin oración. No podía descansar ni de día ni de noche, a menos de que alguien estuviera orando. Entonces ella estaría a gusto; pero si cesaban, se estremecía en agonía hasta que hubiera de nuevo oración. Y esto continuó durante dos días, hasta que ella prevaleció en la oración, y su alma se tranquilizó. El dolor de parto del alma es esa agonía profunda, que las personas sienten cuando se agarran de Dios para tal bendición y no lo dejan ir hasta que la reciben. No quiero que se entienda que es esencial para un espíritu de oración, que la angustia sea tan grande como esta. Pero este profundo, continuo y ferviente deseo de salvar a los pecadores es lo que constituye el espíritu de oración para un avivamiento. Un avivamiento ha empezado en tanto este espíritu de oración se extiende.
Cuando este sentimiento existe en la iglesia, a menos que el Espíritu sea ahuyentado al ser afligido por el pecado, infaliblemente habrá un avivamiento de los cristianos en general, y esto involucrará la conversión de los pecadores a Dios. Esta ansiedad y angustia aumentan hasta que comienza el avivamiento. Un ministro me contó de un avivamiento entre su gente, el cual comenzó con una mujer fervorosa y devota en la iglesia. Se llenó de ansia por los pecadores y estuvo orando por ellos, y oraba y su angustia aumentaba; y ella finalmente vino a su ministro, y habló con él, y le pidió que designara una reunión ansiosa, porque sentía que se necesitaba una. El ministro la rechazó, porque no sentía nada de eso. La semana siguiente ella volvió y le suplicó que convocara una reunión ansiosa; ella sabía que habría alguien que vendría, porque ella sentía como si Dios fuera a derramar su Espíritu. Él la pospuso nuevamente. Y finalmente ella le dijo: «Si no fijas una reunión ansiosa, moriré, porque ciertamente habrá un avivamiento». El próximo sábado designó una reunión, y pregunto si había alguien que deseara conversar con él acerca de la salvación de sus almas, que se reuniría con ellos en esa tarde. Él no sabía de ninguno, pero cuando llegó al lugar, para su asombro vio a muchos ansiosos que querían saber más. Ahora, ¿no creen que la mujer sabía que iba a haber un avivamiento? Llámenlo como quieran, una nueva revelación o una vieja revelación, o cualquier otra cosa. Yo digo que fue el Espíritu de Dios el que enseñó a esa mujer de oración que iba a haber un avivamiento. «El secreto de Jehová» estaba con ella, y ella lo sabía. Ella sabía que Dios había estado en su corazón y lo llenó tanto que no lo podía contener más.
A veces los ministros han tenido esta agonía sobre sus congregaciones, de modo que sienten como si no pudieran vivir a menos que pudieran ver un avivamiento. A veces los ancianos y diáconos, o los miembros comunes de la iglesia, hombres o mujeres, tienen el espíritu de oración por un avivamiento, a fin de que se agarren de Dios y prevalezcan con El hasta que derrame su Espíritu. El primer rayo de luz que estalló en la medianoche que descansó sobre las iglesias en el condado de Oneida, en el otoño de 1825, fue de una mujer de salud débil, que, creo, nunca había estado en un avivamiento poderoso. Su alma se afligió sobre los pecadores. Ella estaba en una agonía por esa región. Ella no sabía qué le dolía, pero siguió orando más y más, hasta que pareció como si su agonía destruiría su cuerpo. Por fin se llenó de alegría y exclamó: «¡Dios ha llegado! ¡Dios ha llegado! No hay ningún error al respecto, el trabajo ha comenzado y está recorriendo toda la región». Y efectivamente, el trabajo comenzó, y casi toda su familia estaba convertida, y el trabajo se extendió por toda esa parte del país. Ahora, ¿creen que esa mujer fue engañada? Les digo que no. Ella sabía que había prevalecido con Dios en la oración. Ella había sufrido dolores de parto por las almas, y ella lo sabía. Esta no fue la única instancia, sino muchas, que conocí en esa región.
Generalmente, hay muy pocos creyentes que saben algo sobre este espíritu de oración que prevalece con Dios. Me sorprendió ver tales relatos que a menudo se publican sobre avivamientos, como si el avivamiento hubiera llegado sin ninguna causa, nadie supo de dónde ni por qué. A veces he preguntado sobre tales casos; cuando se supo que nadie sabía nada hasta que un domingo, ellos vieron en la congregación que Dios estaba allí, o lo vieron en la sala de conferencias o en la reunión de oración, y se asombraron de la misteriosa soberanía de Dios, al traer un avivamiento sin ninguna conexión aparente con los medios. Ahora fíjense. Vayan y pregunten entre los miembros desapercibidos de la iglesia, y se darán cuentan que alguien ha estado orando por un avivamiento, y lo estaba esperando, algún hombre o mujer ha estado agonizando en oración por la salvación de los pecadores, hasta que ganaron la bendición. Pudo haber encontrado al ministro y al cuerpo de la iglesia profundamente dormidos, despertándose de repente, como un hombre que simplemente se frota los ojos, corriendo por la habitación empujando las cosas, y preguntándose de dónde viene todo este entusiasmo. Pero, aunque pocos lo sabían, pueden estar seguros de que ha habido alguien en la torre vigilando; constante en la oración hasta que llegó la bendición. Generalmente un avivamiento es más o menos extensivo, en la medida en que haya personas que tienen el espíritu de oración. Pero no hablaré más de este tema en este momento, ya que el tema de la oración volverá a surgir en este curso de conferencias.
- Otra señal de que un avivamiento puede esperarse es cuando la atención de los ministros se dirige especialmente a este objeto particular, y cuando su predicación y otros esfuerzos están dirigidos particularmente a la conversión de los pecadores. La mayor parte del tiempo parece que el trabajo de los ministros está dirigido a otros objetos. Parecen predicar y trabajar sin un diseño particular para efectuar la conversión inmediata de los pecadores.
Y entonces no es necesario esperar que haya un avivamiento bajo su predicación. Nunca habrá un avivamiento hasta que alguien haga esfuerzos especiales para este fin.
Pero cuando la atención de un ministro se dirige al estado de las familias en su congregación, y su corazón está lleno de sentimientos de la necesidad de un avivamiento, y cuando hace los esfuerzos adecuados para este fin, entonces ustedes podrán prepararse para esperar un avivamiento. Como expliqué anteriormente, la conexión entre el uso correcto de los medios para un avivamiento, y un avivamiento, es tan razonablemente seguro como el uso correcto de los medios para sembrar una semilla, y un cultivo de trigo. Creo, de hecho, que es más seguro, y hay pocas instancias de fracaso. El efecto es más seguro que suceda. La importancia primordial de las cosas espirituales hace que sea razonable que así sea. Tome la Biblia, la naturaleza del caso, y la historia de la iglesia todos juntos, y encontrará menos fallas en el uso de los medios para un avivamiento, que, en la agricultura, o cualquier otro negocio mundano. En los negocios mundanos, a veces hay casos donde las causas contrarias aniquilan todo lo que un hombre puede hacer. En levantar la cosecha, por ejemplo, hay casos que están fuera del control del hombre, como la sequía, el crudo invierno, plagas, y demás. Así en la labor de promover un avivamiento, puede haber cosas que quieran frustrarlo, algo que aparece para desviar la atención pública de la religión, lo que puede desanimar cada esfuerzo. Pero creo que hay menos casos en el mundo espiritual que en el mundo natural. Pocas veces he visto a un individuo fallar, cuando utiliza los medios para promover un avivamiento con denuedo, de la manera señalada en la palabra de Dios. Creo que un hombre puede participar en el trabajo de promover un avivamiento, con una expectativa tan razonable de éxito, ya que puede participar en cualquier otro trabajo con esa expectativa; o con la misma expectativa que el agricultor tiene de una cosecha cuando siembra su grano. A veces he visto esto intentarse y tener éxito bajo las circunstancias más fatales que se puedan concebir.
El gran avivamiento en Rochester comenzó bajo las circunstancias más desfavorables que bien podrían imaginarse. Parecía como si Satanás hubiera interpuesto todos los obstáculos posibles para un avivamiento. Las tres iglesias estaban en desacuerdo; una no tenía ministro, otra estaba dividida y a punto de despedir a su ministro. Un anciano de la tercera iglesia presbiteriana había presentado una acusación de conducta no cristiana contra el pastor de la primera iglesia, y simplemente iban a tener un juicio ante el presbiterio. Después de que el trabajo comenzó, una de las primeras cosas fue que la gran iglesia de piedra casi de derrumba y creó pánico. Entonces, una de las iglesias continuó y despidió a su ministro justo en medio de eso. Muchas otras cosas ocurrieron, por lo que parecía que el diablo estaba decidido a desviar la atención pública del tema de la religión. Pero hubo algunos casos notables del espíritu de oración, que nos aseguraron que Dios estaba allí, y continuamos: y cuanto más se oponía Satanás, el Espíritu del Señor levantaba la bandera cada vez más alto, hasta que finalmente una ola de salvación inundo el lugar.
- Se puede esperar un avivamiento cuando los cristianos comienzan a confesar sus pecados unos a otros.
En otras ocasiones, confiesan de manera general, como si se esforzaran a medias. Pueden hacerlo en un lenguaje elocuente, pero no significa nada. Pero cuando hay un espíritu quebrantado, y derramamiento de corazón en confesar los pecados de ellos, el dique se rompe y la salvación fluirá por todo el lugar.
- Se puede esperar un avivamiento cada vez que se encuentre a los cristianos dispuestos a hacer el sacrificio necesario para llevarlo a cabo.Deben estar dispuestos a sacrificar sus sentimientos, sus negocios, su tiempo, para ayudar a poner en marcha la obra. Los ministros deben estar dispuestos a esforzase y arriesgar su salud y vida. Deben estar dispuestos a ofender al impenitente mediante un trato claro y fiel, y quizá ofender a muchos miembros de la iglesia quienes no sigan con la obra. Deben tener una postura decisiva con el avivamiento sin importar las consecuencias. Deben estar preparados para continuar con el trabajo, aunque pierdan el afecto de todos los impenitentes y de toda la parte fría de la iglesia. El ministro debe estar preparado, si es la voluntad de Dios, de ser sacado del lugar. Debe estar determinado a seguir adelante y dejar todo el evento con Dios.
Conocí a un ministro que tenía por ayudante a un joven que predicaba bien claro sobre los precios del avivamiento. A razón de esto, a los incrédulos no les gustaba ese evangelista joven. Dijeron: —A nosotros, nos gusta nuestro ministro y queremos que él predique, no ese joven. —Se quejaron tanto, que el ministro le dijo al joven: —El señor A., quien me regala dinero para mi subsistencia, me ha dicho así y así. El señor B. me ha contado otras cosas. Y el señor C. más. Todos ellos piensan que, si tú sigues predicando, la iglesia va a despedazarse. Por esto, creo que tú debes dejar de predicar. El joven se fue, el Espíritu de Dios se retiró inmediatamente del lugar, y el avivamiento se detuvo. El ministro, al ceder a los malos deseos de los malvados, lo echó. Temía que el diablo lo alejara de su pueblo y, al comprometerse a satisfacer al diablo, ofendió a Dios. Y Dios ordenó los eventos de tal forma, que en poco tiempo tuvo que dejar a su gente después de todo. Quiso pasar entre el diablo y Dios, y Dios lo despidió.
La gente también debe estar dispuesta a tener un avivamiento, y hacer el sacrificio que sea necesario. No les servirá de nada decir: «Estamos dispuestos a asistir a tantas reuniones, pero no a todas». O, «estamos dispuestos a tener un avivamiento si no interfiere con nuestros asuntos de negocios o nos impide ganar dinero». Estas personas nunca tendrán un avivamiento, hasta que estén dispuestas a hacer lo que sea y sacrificar lo que sea, lo que Dios les indique para cumplir con su deber. Los comerciantes cristianos deben estar dispuestos a cerrar sus tiendas por meses si es necesario para tener un avivamiento. No quiero decir que se deba hacer así, o que sea ese su deber. Pero si hubiera un estado de sentimiento tal como para exigirlo, entonces sería su deber, y deberían estar dispuestos a hacerlo. Deberían estar dispuestos a hacerlo si Dios llama, y él fácilmente puede quemar sus negocios si no lo hacen. De hecho, no debería lamentarme de ver un avivamiento, como para hacer que cada comerciante en la ciudad cierre sus tiendas por un tiempo, y decir que han vendido suficientes productos, y ahora darían todo su tiempo para llevar a los pecadores a Cristo.
- Se puede esperar un avivamiento cuando los ministros y los miembros están dispuestos a que Dios lo promueva mediante los instrumentos que quiera.
A veces los ministros no están dispuestos a tener un avivamiento a menos que puedan tener la administración del mismo, o a menos que su agencia pueda ser única en su promoción. Desean prescribir a Dios lo que él dirigirá y bendecirá, y que hombres usará. No pueden tener ninguna de esta predicación de luz nueva, o de estos evangelistas que recorren el país predicando. Ellos tienen mucho que decir acerca de que Dios es soberano, y que él tendrá avivamientos a su manera y tiempo. Pero entonces tiene El que escoger hacerlo a la manera de ellos, o ellos no harán nada. Tales hombres dormirán hasta ser despertados por la trompeta del juicio, sin un avivamiento a menos que estén dispuestos a que Dios venga a su manera y estar dispuestos a tener lo que sea o emplear a cualquiera que haga el mayor bien.
- Debo decir que cuando las cosas acabadas de mencionar suceden, ya existe un avivamiento, en la misma medida. En realidad, un avivamiento debe esperarse cuando se necesite. Si necesitamos ser avivados es nuestro deber ser avivados. Si es nuestro deber, es posible, y debemos alistarnos para avivarnos nosotros mismos, y, depender de la promesa de Cristo que está con nosotros para hacer discípulos, siempre y en todas partes, debemos trabajar para revivir a los cristianos y convertir a los pecadores, con una expectativa segura de éxito. Así que, cuando los siete puntos anteriores se ven obrando, los hermanos deben animarse, sabiendo que un avivamiento ya ha comenzado. ¡Les toca apoyar y respaldarlo!
OBSERVACIONES
- Hermanos, pueden ver por nuestro tema, si necesitan o no un avivamiento aquí, en esta iglesia, y en esta ciudad; y si van a tener uno o no. Los ancianos de la iglesia, hombres, mujeres, cualquiera de ustedes y todos ustedes, ¿qué dicen?
¿Necesitas un avivamiento aquí?
¿Esperas tener uno?
¿Tienes alguna razón para esperar uno?
No necesitas estar confundido al respecto; usted sabe, o puede saber si quiere, si tiene alguna razón para buscar un avivamiento aquí.
- Ves por qué no tienes un avivamiento.Es solo porque no quieres uno. Porque no estás orando por ello; ni estas ansioso por ello, ni esforzándote por ello. Apelo a tu propia conciencia. ¿Estás haciendo estos esfuerzos ahora para promover un avivamiento?Saben, hermanos, cuál es la verdad al respecto. ¿Te pondrás de pie y dirás que has hecho los esfuerzos para un avivamiento y has sido desilusionado? que has clamado a Dios, «¿No vas a darnos vida? ¿Acaso no lo hará Dios?
- ¿Usted desea un avivamiento?¿Va a tener uno? Si Dios le preguntara este momento, con voz audible desde el cielo, «¿Quieres un avivamiento?» ¿Te atreverías a decir, ¿Sí? «¿Estás dispuesto a hacer los sacrificios?» responderías, ¿Sí? «¿Cuándo empezaras?»responderías, que comience esta noche – que comience aquí – que comience en mi corazón ahora. ¿Te atreverías a decírselo a Dios, si oyeras su voz esta noche?